Entre
los dramas evidentes que la ciudad sigue percibiendo tajantemente, permanece el
que contiene todo el germen del caos y el desorden, que se ve inmediatamente
reflejado en otros ámbitos de la ciudad sin que la población vaya siendo consciente
progresivamente de su deterioro.
Los
espacios Públicos son fundamentales en la infraestructura de una sociedad que
se autodenomine ciudad, con sus argumentos urbanísticos sustentados en lo
visual y en lo organizativo de la creación de distancias y vías que permitan
una tranquilidad mutua entre la movilidad y el bienestar de los peatones. Cali
debe trabajar en este campo con la actual administración si quiere tener un
mayor índice de orden y una evidente vigencia como ciudad competitiva. Las
ciudades de mayor altura y de mayor experiencia lo comprueban. Conservan los
espacios con reservas incuestionables para cada tipo de ciudadano, peatón, o
usuario de automóviles y motos, conscientes las normas para cada espacio como
una ley sagrada de viabilidad y convivencia.
Las
anteriores administraciones, aun entendiéndolo bien, han hecho énfasis medianos
en este tipo de obviedades urbanísticas, y ha permitido que los dramas ciudadanos
incrementen de forma paulatina hasta estallar en problemas contundentes como
los actuales demostraciones de invasión pública en calles del centro, y sus
distintos derivados de manejo de distancias entre avenidas principales y
andenes. La actual administración tiene el reto de participar fuertemente en la
viabilidad óptima de su ciudad, y en la satisfacción de sus ciudadanos como
usuarios permanentes de sus espacios. Grecocentro hará su trabajo pertinente
para seguir impulsando ideas y mediar entre las inquietudes generales y las
políticas administrativas correspondientes con la fuerza que se sigue sintiendo
en el centro de Cali.