miércoles, 23 de septiembre de 2015

Editorial

Durante varios años, y progresivamente, la industria regional ha caído en una especie de sopor y letargo a causa de un fenómeno evidente y preocupante debido a los efectos en un medio comercial susceptible a los movimientos bruscos de su economía. La cultura de la comercialización se ha vinculado más a la importación, y a requerir y depender de mercados externos para satisfacer necesidades comerciales, lo que ha permitido el ausentismo y la debacle de la competitividad local y la gracia de un mercado conocido que antes de esta cultura se veía claramente satisfecha de acuerdo al movimiento de producción y demanda. 

Dicha cultura e inclinación, ha girado el entorno radicalmente, y ha mutado la realidad local a tal punto que la mano de obra y los pequeños empresarios han visto afectada su producción y sus mismos mecanismos de vida, permitiendo también que la sociedad vaya adquiriendo otro tipo de dinámicas económicas y culturales cada vez más alejadas de una tradición que traía crecimiento y progreso, no solo en términos sociales y humanos, sino en términos más claramente mercantiles, ya que los productos y los resultados de un mercado local, se han visto reemplazados por otros de una calidad similar, pero extranjeros, o incluso en una calidad inferior, logrando una desestabilización de distintos factores prioritarios para una competencia sana y una moral alta en el gremio.
Igualmente, teniendo en cuenta los contextos contemporáneos de mercados competitivos desde otros ángulos, es necesario aclarar que estos mismos movimientos repentinos y bruscos de la realidad y de la cultura, permiten dificultades que en vez de amilanar al sector, lo engrandecerán debido a la presión de adquirir y elegir posibilidades alternas de acción y de progreso. Aquí es entonces donde aparece la palabra Innovación, como combustible esencial de un futuro con otras características y otras posibilidades de realización. 

Solo una mente innovadora y una disposición inclinada a mirar la realidad desde otros ángulos permitirán unos cambios positivos, a través del riesgo, pero buscando siempre una posibilidad óptima de resultados ya que la misma realidad lo exige y el mismo mercado lo busca.

Esas posibilidades y esa visión permitirán que la industria nacional y local florezca y permita mejores panoramas para la evolución y el progreso. Solo la diferencia y la innovación harán la diferencia, y solo lo alterno entregará una mejor opción de cambio.

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