Durante varios años, y progresivamente, la industria regional
ha caído en una especie de sopor y letargo a causa de un fenómeno evidente y
preocupante debido a los efectos en un medio comercial susceptible a los
movimientos bruscos de su economía. La cultura de la comercialización se ha
vinculado más a la importación, y a requerir y depender de mercados externos
para satisfacer necesidades comerciales, lo que ha permitido el ausentismo y la
debacle de la competitividad local y la gracia de un mercado conocido que antes
de esta cultura se veía claramente satisfecha de acuerdo al movimiento de
producción y demanda.
Dicha cultura e inclinación, ha girado el entorno
radicalmente, y ha mutado la realidad local a tal punto que la mano de obra y
los pequeños empresarios han visto afectada su producción y sus mismos
mecanismos de vida, permitiendo también que la sociedad vaya adquiriendo otro
tipo de dinámicas económicas y culturales cada vez más alejadas de una
tradición que traía crecimiento y progreso, no solo en términos sociales y
humanos, sino en términos más claramente mercantiles, ya que los productos y
los resultados de un mercado local, se han visto reemplazados por otros de una
calidad similar, pero extranjeros, o incluso en una calidad inferior, logrando una
desestabilización de distintos factores prioritarios para una competencia sana
y una moral alta en el gremio.
Igualmente, teniendo en cuenta los contextos contemporáneos
de mercados competitivos desde otros ángulos, es necesario aclarar que estos
mismos movimientos repentinos y bruscos de la realidad y de la cultura,
permiten dificultades que en vez de amilanar al sector, lo engrandecerán debido
a la presión de adquirir y elegir posibilidades alternas de acción y de
progreso. Aquí es entonces donde aparece la palabra Innovación, como
combustible esencial de un futuro con otras características y otras
posibilidades de realización.
Solo una mente innovadora y una disposición inclinada a mirar
la realidad desde otros ángulos permitirán unos cambios positivos, a través del
riesgo, pero buscando siempre una posibilidad óptima de resultados ya que la
misma realidad lo exige y el mismo mercado lo busca.
Esas posibilidades y esa visión permitirán que la industria
nacional y local florezca y permita mejores panoramas para la evolución y el
progreso. Solo la diferencia y la innovación harán la diferencia, y solo lo
alterno entregará una mejor opción de cambio.
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